¿Para qué sirve un irrigador dental?
Una vez terminada toda la limpieza bucal tradicional: cepillado, enjuague bucal, cepillado interproximal, cintas y sedas, es recomendable usar el irrigador bucal, de fácil utilización, que te permitirá llegar donde los hilos dentales y los cepillos interproximales no llegan, obteniendo una boca mucha más cuidada y una adecuada higiene bucal.
La irrigación dental simplemente emplea un aparato (usualmente eléctrico) para forzar un afinado chorro pulsante de agua tibia, al interior de los espacios entre los dientes y las encías.
El irrigador dental es un aparato de fácil uso que te ayudará especialmente a :
– Eliminar bacterias y los tóxicos derivados, diluyendo, dispersando y expulsándolos de tu boca.
– Masajear y reafirmar las encías.
– Limpiar eficazmente las bandas, casquillos, alambres de ortodoncia, así como coronas, puentes e implantes. Ayuda a limpiar zonas de difícil acceso
Los irrigadores NO son un sustituto del cepillado
Son un plus para obtener una limpieza máxima, ya que se puede llegar donde los otros aparatos de limpieza no llegan.
Facil uso
La irrigación es mucho más fácil de emplear que el hilo dental, no interrumpe la circulación en sus dedos, y por si fuera poco, es fácil y divertida para que los niños la usen.
Esta limpieza salvavidas no solamente es satisfactoria, sino que el aplicarla diariamente te ayudará a conservar tus dientes naturales mucho más tiempo, a evitar cirugía de las encías.